EL CABALLO Y EL CALOR
- La Herradura
- 11 feb 2019
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En muchas ocasiones, los caballos se ven afectados por el calor. Puede afectar seriamente su rendimiento y su salud, especialmente si los animales han sido recientemente importados desde otra región donde hay temperaturas más bajas y una diferencia notable en la humedad del aire.
Sea o no un caballo importado, es importante saber prevenir los problemas asociados con el exceso de calor y hay que saber identificar los señales de un caballo que está padeciendo el estrés de calor.
Lo primero que tenemos que saber es que la temperatura normal de un caballo, va de 37,2 a 37,8 C. El ejercicio eleva la temperatura del cuerpo del caballo. Algo positivo para calentar los músculos. Sin embargo, si se trata de un incremento excesivo, puede dañar tejidos o causar la muerte.
El caballo puede bajar su temperatura por evaporación mediante el sudor y la respiración. De hecho, cuando hace calor, el caballo responde aumentando el sudor y la respiración. También puede expulsar el calor por convección y radiación a través de la piel.
¡Cuidado! Si el caballo tiene demasiado pelo, está gordo o fuera de forma, no podrá reducir su temperatura con la misma capacidad y corre riesgo de salir perjudicado.
Si el caballo suda excesivamente, puede perder electrolitos y minerales importantes, y por lo tanto, deshidratarse. Al deshidratarse, el caballo pierde la capacidad de producir suficiente sudor y su temperatura volverá a aumentar.
Una de las soluciones para bajar la temperatura de vuestro caballo es la ducha de agua fría. Después de ducharlo, hay que ponerlo a la sombra y cualquier brisa o un ventilador eléctrico le ayudarán a recuperarse.
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